Pedro Nel Gómez fue pionero hasta en su propia vocación a muy temprana edad, dejó evidencia de que dedicaría su vida al arte, y para ello, empeñó no solo su talento innato, sino también una fervorosa y a veces obsesiva búsqueda de los aspectos formales, técnicas y temáticos del arte, en pleno nacimiento del siglo XX. A sus estudios de ingeniería y arquitectura sumó los de arte.