Es el fatídico desenlace de la vida del bandolero apodado «Desquite», tristemente célebre durante la época de los Violencia de los años cincuenta y sesenta. Su trágico escenario fue el campo colombiano, sembrado de sangre y muerte. El autor presenta al criminal como otra víctima, a la vez que victimario. Retrata de manera poética su desagraciada vida, su sangrienta epopeya que presagia su muerte como una fiera acorralada. «Nunca la vida fue tan mortal para un hombre. (?) Yo pregunto sobre su tumba cavada en la montaña: ¿no habrá manera de que Colombia, en vez de matar a sus hijos, los haga dignos de vivir?».