Te sugerimos pararte frente al poema, en silencio y con el oído bien abierto, escuchar: escuchar su murmullo, a veces cadencioso y rítmico, o su grito, hondo y profundo hasta estremecer, o su risa clara y diáfana. Pero antes que nada, escucha su respiración. Porque la poesía es un ser vivo de palabra que nos habita poco a poco.
Estas voces pertenecen a poetas colombianos de distintas épocas. Podrás sentir ritmos, imágenes y estilos tan diversos como ha sido el devenir mismo de nuestra poesía.
Selección y prólogo de Beatriz Helena Robledo. Ilustración de cubierta: Elizabeth Builes