ENTRE OCTUBRE Y DICIEMBRE DEL AÑO 63 a. C, EL ENTONCES cónsul romano, el político y brillante orador Marco Tulio Cicerón, pronunció cuatro discursos ante el Senado denunciando la intentona de Catilina, uno de sus rivales políticos, para hacerse con el poder por la fuerza. «¿Hasta cuándo abusarás ya, Catilina, de nuestra paciencia?» es el célebre arranque de la primera de las cuatro catilinarias que Cicerón dedicó al supuesto golpista. Sin embargo, a pesar de que Catilina pasó a la historia como ejemplo de traidor a la República, su conjuración destapó crudamente los males que esta venía arrastrando desde hacía tiempo.