Un sinvergüenza jaguar, cuando aún no tenían manchas, era el propietario de una próspera hacienda y, al verse tan lleno de trabajo, contrata a un conejo muy diligente. Sin embargo, al momento de pagarle decide estafarlo y busca la manera de quitarle el pago prometido por su labor. El astuto conejo planea cómo darle al jaguar una lección y a consecuencia del merecido castigo, su piel recibe las manchas que hoy lo caracterizan.