Al pie de la gran montaña, junto al lago, se encontraba el pueblo de Villazul. Sus habitantes llevaban una vida apacible y feliz; araban los fértiles campos, apacentaban las ovejas y celebraban las fiestas.
Esa tarde estaban todos muy ansiosos porque recibirían a la nueva familia real.
Y esa noche llegaron los de la asombra: el rey brujo, su esposa Sombra Espesa y el joven príncipe Gris.