La novela L’homme qui regardait passer les trains retrata la vida de un naviero, Kees Popinga, que no tuvo un final especialmente feliz. Se trata de una de las 192 obras de uno de mis escritores favoritos, el valón Georges Simenon, que llegó a la gran pantalla con el título de The man who watched the trains go by.
De la obra de Simenon podemos extraer que la mera contemplación de la realidad no aporta soluciones a nuestras empresas. Sin embargo, hoy, las empresas transitarias disponemos de un elenco de soluciones tecnológicas, generalmente complementarias entre sí, que nos permiten hacer nuestro trabajo con fiabilidad, seguridad y eficiencia.