¿Un libro más sobre la violencia en Colombia? Sí, la verdad es que sí. Parecería como si ese fuera nuestro único tema en la vida, nuestra única obsesión historiográfica. Y no es para menos, dado el peso simbólico, pero también político y hasta moral, histórico, que ha tenido y que tiene la guerra en nuestro destino como sociedad. De hecho, esa es toda una corriente intelectual aquí, desde hace muchísimo tiempo, la de quienes creen que la violencia es una especie de condición ingénita de la nación colombiana: una herencia, una maldición, el signo inevitable de todas nuestras cosas. En la academia, pero también en el periodismo y en la literatura, muchos repiten hasta el delirio ese lugar común de nuestra historia como un relato solo de muerte y disolución.