El caminante y su sombra

Friedrich Nietzsche aborda en El caminante y su sombra trazos y rasgos característicos y generalizados acerca de las temáticas que a lo largo de su atormentada vida definieron su modo de pensar, filosofar, ver y asumir el estado general de las cosas, la existencia y su propio rol dentro de ella. Polémico y frontal, sin duda, fiel a su visceral crítica y discernimiento dentro de los diferentes y diversos aspectos del asumir la existencia, controvertido unas veces, cáustico siempre, en su línea habitual de pensamiento establece una crítica mordaz e implacable hacia la política, la sociedad, maneras y costumbres de su natal Alemania, más elogia y muestra —de otra parte— su gran admiración e influjo ejercido por filósofos como el griego Epicuro o genios de la música clásica como el polaco Frédéric Chopin. El caminante y su sombra es esencialmente un mordaz, pero, a la vez, controvertido ensayo que, sin quizá proponérselo en el fondo, genera todo tipo de divergencias en el lector —lo que probablemente sí fue intencional en Nietzsche— dado que no renuncia a lo que planteó siempre en sus maneras y estética a la hora de filosofar en profundidad: su verticalidad de pensamiento y sentido crítico a ultranza, despiadado a veces, pero, siempre, sin concesiones ni miramientos de ningún tipo.