Entrega y disponibilidad

    Cód.: 509285

    El camino a Soradan

    por: $ 15.000
    Cantidad
    Al día siguiente, a la salida del colegio, azuzado por Chungseo, fuimos directamente a Soradan sin pasar por casa. Si bien había estado allí en varias ocasiones con los adultos, era la primera vez que pisaba el suelo de Soradan después de la guerra. Por muy cerca que estuviera, para mí había sido como una lejana tierra prohibida.

    En el instante en que pusimos los pies en el frondoso bosque de pinos, se me erizó la piel de todo el cuerpo. Me parecía que alguno de los fantasmas que no había podido entrar en su tumba antes del primer canto del gallo nos estaba espiando desde alguna parte del bosque para buscar la ocasión de hacernos daño. Chungseo, en cambio, se sentía totalmente diferente. Estaba entusiasmado como un lelo e iba de aquí para allá acariciando los troncos de los pinos más altos y viejos y olisqueando el perfume del bosque con las aletas de la nariz bien abiertas. Después de esta primera inspección, se tiró sobre el pasto, y usando el brazo como almohada, se puso a mirar el cielo azul, sostenido de modo leve y unánime por las ramas verdinegras de los pinos.