Inenariti y Servil buscan afanosamente a sus familias después del desorden causado por el gran temblor. Cada uno reconoce en el otro a un gran aliado para el viaje y deciden, por ello, aventurarse en esta búsqueda. Ine es un ser grande y peludo que ofrece su fortaleza y bondad, mientras que Sil es quien aporta la luz y la ternura.
La marcha es penosa, se encuentran con seres extraños quienes los ayudan a pasar por el territorio de las terribles hormigas hambrientas. Al dejar el túnel oscuro y miedoso, llegan a un hermoso lugar que alegra sus corazones. Gracias a su amistad, valor y compañerismo, Ine y Sil se
encaminan contentos al calor de sus hogares donde son recibidos con inmenso amor.