En el siglo XV, la mayoría de los astrónomos estaban de acuerdo en que la Tierra era el centro del universo. Esta idea se remontaba hasta hace más de mil años, cuando el astrónomo griego Ptolomeo afirmó que la Tierra era inmóvil y que todos los demás cuerpos celestes se movían en complicados patrones alrededor de ella. Esta idea se convirtió en el punto de vista aceptado por la Iglesia católica, una institución tan poderosa que pocos se atrevían a cuestionar. Hasta que Copérnico, Bruno y Galileo...
Conoce las historias de vida de estas tres grandes mentes, sus luchas contra la autoridad y sus grandes avances, que condujeron al triunfo de la ciencia y la humanidad.