A través de estas páginas, Richard Aguilar rompe su largo silencio para entregarnos este conmovedor testimonio de la prueba espiritual que enfrentó desde la noche que fue enviado a una celda. Pero a veces es en la noche más oscura donde la luz revela su verdadera fuerza. Y así ocurrió. Aguilar, alejado de los odios y los extremos, nos anuncia su regreso a la vida política y nos entrega una visión serena, en perspectiva, de los cambios esenciales que necesita el país para sanar sus heridas y reconstruirnos como sociedad sobre lo fundamental: el amor y el respeto.