A partir de los tres meses de vida, el sentido de la vista del bebé evoluciona y, además de distinguir el blanco y el negro, ya es capaz de percibir los colores primarios rojo, amarillo y azul.
Ofrecerle en eta etapa libros y fichas con imágenes de alto contraste en blanco y negro integrando esos primeros colores es la mejor estimulación visual para un correcto desarrollo cognitivo y emocional.