En casa de Frida, la brujita del bosque, siempre pasa algo. Y no es de extrañar que a veces sea un poco despistada, olvide cerrar la jaula del cuervo o pierda su varita mágica. Pero Frida debería haber puesto más atención en la preparación de la sopa para la importante reunión con el gran mago Asnarack.