Los más de 90 retos propuestos están concebidos para estimular los distintos tipos de memoria: la visual, la espacial, la semántica (conocimientos, palabras, nombres), la verbal y del lenguaje, la exploración visual y espacial, la concentración y atención, la imagen mental, la cultura general, la lógica y el análisis. Están distribuidos en 3 niveles de dificultad, para progresar al propio ritmo: retos fáciles, medios y difíciles.
Cada reto indica el «objeto del juego», es decir, la aptitud o el tipo de memoria que se activará para resolverlo. A continuación, hay que anotar la nota obtenida y sumar las notas al acabar cada nivel, para ver cuáles son nuestros puntos fuertes y débiles. Al final, comprobaremos que, por medio de la ejercitación, hemos progresado.
No se trata solo de jugar, sino también de descubrir los rendimientos de nuestro cerebro.