Al leer estas páginas algunos jóvenes llorarán, revisarán sus caminos, aprenderán a manejar sus frustraciones y se servirán de sus errores para crecer, madurar y volverse sabios. Nuestro deseo es que este libro se vuelva libro de cabecera de muchos jóvenes y que las escuelas se sirvan de ellos. Al fin de cuentas, el mayor objetivo de una escuela no es el dar un diploma sino el de enseñar a sus alumnos a vivir felices en la gran ‘escuela de la vida’.