Hazel Trépas siempre supo que no era como el resto de sus hermanos. Es la decimotercera hija y sus padres la entregaron a Merrick, el dios de la muerte. Pasó toda su infancia esperando a que su benefactor volviera a buscarla y cuando lo hizo él le explicó todo lo que tenía planeado para ella: convertirse en una gran y famosa curandera y, para ayudarla, le concedió un don: la capacidad de dilucidar de inmediato la cura exacta que cada enfermo necesita.
Pero todos los dones conllevan un precio... Hazel podía ver cuando la muerte reclamaba a alguno de sus pacientes, siendo la encargada de acabar con su sufrimiento. Atormentada por los fantasmas de aquellos a quienes mató, Hazel solo quiso huir. Sin embargo, el destino la terminó llevando a la corte del rey, donde conoció a Leopold, un príncipe libertino que siente desprecio por todo y por todos. Será allí donde tendrá que enfrentarse a su mayor problema: ¿debería salvarle la vida al rey al que la muerte ha marcado? Hazel sabe lo que se supone debe hacer y lo que su corazón le pide que haga, pero ¿qué ocurrirá si actúa en contra de la propia muerte?