Gustav von Aschenbach es un destacado escritor alemán, de edad ya madura, que llega a un exclusivo hotel de veraneo veneciano, a orillas de la playa del Lido, persiguiendo lo bello, buscando renovar la inspiración perdida. En la atmósfera crepuscular y agónica de una colorida Venecia, escenario emblemático del decadentismo, conoce a Tadzio, un adolescente polaco de sublime belleza, que se convierte en objeto de su silenciosa adoración...
A partir de esta anécdota argumental, en apariencia simple, Mann despliega su genialidad ofreciendo una minuciosa descripción del trance psicológico del escritor enamorado, la historia de un alma agotada, alimentada sólo de Arte, que de pronto descubre la belleza espontánea en la Naturaleza, encarnada sin artificio ni esfuerzo en la figura de un adolescente. La obra tiene una notable carga biográfica. Von Aschenbach no es otro que el mismo Mann: incluso le atribuye la autoría de sus obras inacabadas y la paternidad de algunos personajes de Los Buddenbrook, y el episodio proviene de una visita que el escritor realizó a Venecia en 1911, cuando también se alojó en el Grand Hotel des Bains del Lido y tuvo ocasión de admirar a un joven polaco, identificado en 1965 como el barón Wladyslav Moes.