Con esta deslumbrante novela, Andrea Mejía ingresa al catálogo de Alfaguara. En ella se relata el trasegar de la existencia y la naturaleza en Sanangó, un pueblo enclavado en las montañas que solo se atreven a recorrer el frío y el viento. De allí ha desaparecido Jeremías, el hombre que guarda en secreto el aguardiente de bejuco que les da algo de vida a sus habitantes. Perdido está él, al igual que el pueblo entero, que solo busca aliviar su sed en medio de ese paisaje alucinante en donde lo humano es lo más remoto.