La nueva longevidad no se refiere a vivir más, sino a vivir mejor. No es una receta para llegar a viejos, sino un camino para ser más conscientes de los cambios que se dan cuando llegamos a los cincuenta años. Esta es una cifra simbólica que coincide con la crisis de la mediana edad y con un replanteamiento de cómo vivir la madurez. Es un punto en el que no se es ni mayor ni joven y durante el cual vale la pena hacer un balance de logros, equivocaciones y aprendizajes de la vida para reinventarla o recalcular el rumbo. Es un momento en el que la salud física y mental cobran especial relevancia, crucial para afianzar lo positivo o, de una vez por todas, erradicar aquello que nos impide vivir felices. Este libro se ha convertido en inspiración para personas y organizaciones que han acogido el paradigma de la nueva longevidad como parte de su bienestar.