Las murallas cruzadas
David Nicolle
Ilustraciones de Adam Hook
Los cruzados que invadieron Oriente Próximo a finales del siglo XI tenían su propia arquitectura militar, pero no tardaron en adoptar muchas influencias locales. La mayoría de sus fortificaciones eran relativamente pequeñas y a menudo aprovechaban las características naturales del terreno. También fortificaron muchos centros urbanos, lugares religiosos y poblaciones rurales.
Tras la Segunda Cruzada los cristianos adoptaron una estrategia más cautelosa: a partir de 1160 se construyeron castillos más grandes y sólidos, integrando la arquitectura árabe en desarrollo con la propia y respondiendo a las mejoras técnicas e innovaciones de las máquinas de asedio de los musulmanes. En este libro se examinan las fortificaciones de los cruzados prestando especial atención a las más conocidas, como el Krak de los Caballeros, Chastel Blanc, Arsuf, Margat, Atlit, Montfort y San Juan de Acre.