En los últimos años de su vida, semana tras semana, Jorge Luis Borges mantuvo inolvidables diálogos radiofónicos con el periodista y escritor Osvaldo Ferrari. No fueron reportajes ni entrevistas. La única condición puesta por Borges para llevar adelante los encuentros fue lo que los hizo únicos: los temas no se acordarían de manera previa, simplemente fluirían al aire a partir de su inicio a cargo de Ferrari.