Esta novela cuenta la historia de la excepcional escultora colombiana Feliza Bursztyn, que murió en París en 1982, a los 48 años. Hija de una pareja de emigrantes judíos que se encontraba en Colombia cuando Hitler subió al poder, nació en Bogotá pero estudió en París y Nueva York, y, aunque no era militante, su taller se convirtió en punto de encuentro de artistas de tendencias izquierdistas como Gabriel García Márquez y Alejandro Obregón. La vida de la protagonista fue un constante enfrentamiento con todas las convenciones de su mundo: como mujer, artista y judía, se rebeló contra las fuerzas que querían limitar sus decisiones. Eso le causó problemas, pero también la convirtió en una figura de libertad que dialoga con nuestras preocupaciones contemporáneas.