Como narración de guerra y aventuras, como descripción de todo lo que los árabes significan para el mundo, Los siete pilares no tienen rival. Se sitúa al lado de los mejores libros escritos en lengua inglesa. Aunque Lawrence no hubiese nunca hecho otra cosa que escribir este libro como mera obra de la imaginación, su fama duraría para citar la repetida frase de Macaulay «tanto como la lengua inglesa en cualquier lugar del Globo» La rutina de los peregrinos, Robinson Crusoe, Los viajes de gulliver, son libros amados en los hogares ingleses. El de Lawrence es, originariamente, un cuento igual a aquellos en interés y encanto. Pero es realidad, no ficción. El autor fue al mismo tiempo el caudillo. Los comentarios de César hacen entrar en juego ejércitos más numerosos, pero en la historia de Lawrence no falta nada de lo que siempre ha sucedido en la esfera de la guerra y de la dominación.
Cuando casi toda la vasta literatura de la guerra se haya condensado en epítomes y sea reemplazada por los comentarios e historias de las generaciones futuras, cuando las complicadas e infinitamente costosas operaciones de sus pesados ejércitos sean solo de interés para los militares estudiosos, cuando nuestras contiendas sean contempladas en más lejanas perspectivas y más verdaderas proporciones, la historia de la rebelión en el desierto escrita por Lawrence brillará con fulgor inmortal.