Zach, Poppy y Alice han sido amigos toda la vida, y casi desde el principio han jugado a un juego de piratas y ladrones, de sirenas y guerreros; un juego que no acaba. Un juego que siempre cambia. Y a la cabeza de todo ello se encuentra la Gran Reina, una muñeca de porcelana que no duda en maldecir a todo aquel que la desagrada.