El Nudo funciona como una metáfora perfecta para esta novela. Dos hilos, dos vidas que se rozan, se buscan y, cuando finalmente se encuentran, se unen de forma irreversible. Nudo en la garganta está lejos de ser la típica novela negra en la que el detective bueno persigue al maleante para asegurarse de que pague por su crimen: aquí los protagonistas son dos seres perdidos, atrapados en su desesperación, buscando aplacar los ecos del pasado. Las letras de esta historia viven bajo los puentes de la Calle 26 en Bogotá, se abrigan de la pobreza con cartones durante las noches frías y van desvelando, paso a paso, la humanidad de dos personajes sin futuro, ni sueños, ni proyectos. El lector inevitablemente se conmoverá mientras descubre las motivaciones más sinceras de sus personajes, que están más cercana a los instintos que a la razón. Y, como en la vida real, en medio de su desdicha surge una esperanza nacida de los afectos. Liza Ariza