China contribuye al patrimonio de la humanidad establecido por la Unesco con impresionantes muestras de su milenaria cultura, cada vez más conocida en Occidente a medida que el gigante asiático se abre al exterior: la Gran Muralla, el Pekín monumental, santuarios y templos, palacios y tumbas imperiales. Aporta asimismo varias regiones de interés paisajístico e histórico, desde los parajes kársticos de Guilín y las frías tierras del Tibet, hasta las áreas de protección del emblemático panda gigante.
A los atractivos monumentales de Corea, Japón añade los esplendores de Kyoto, los lugares sagrados del sintoísmo y del budismo, y el conmovedor Memorial de la ciudad mártir de Hiroshima. En Filipinas, tanto la historia como la naturaleza ofrecen belleza y conciencia ecológica. Indonesia atesora el conjunto búdico de Borobudur y una serie de valiosas reservas de flora y fauna.