Esta es la historia de Roberto, un zorro que, como cualquier otro animal, está ansioso de volver al colegio y vivir el primer día de clases. A medida que el día pasa, Roberto se siente cada vez más incómodo. Le aterra la idea de volver a interactuar con tantas personas, de los compañeros que se le acercan repentinamente y lo miran directamente a los ojos y prefiere trabajar en soledad. ¿Es tan difícil que todos entiendan cómo se siente? Esta no es solamente la historia de Roberto, es también la de muchos niños y niñas que hacen parte del trastorno del espectro autista y que deben afrontar el mundo sin que muchos sepan en qué consiste lo que piensan y sobre todo lo que sienten.