«Dejando a un lado el atractivo y la inteligencia de Lucrecia, la trama de los sueños parece adecuarse a los intereses políticos y a las aspiraciones religiosas de sus más importantes copistas. Seguramente, muchos de sus oyentes compartían un sentimiento de incorformidad respecto al gobierno de Felipe II y quién sabe si también la esperanza de formar una sociedad diferente, temática recurrente de estos sueños.»
María V. Jordán presenta, de esta manera, el caso de la joven aspirante a profetisa, Lucrecia de León, autora de unos sueños proféticos que anunciaban la caída de la monarquía de los Habsburgo y proclamaban la llegada de un reino de corte más espiritual.
La autora aporta una nueva visión sobre este caso histórico excepcionalmente documentado y analiza los sueños escatológicos, de los cuales se conserva un extenso registro gracias a la labor de transcripción impulsada por dos teólogos franciscanos, y a la posterior intervención del tribunal de la Inquisición de Toledo para juzgar el contenido político y religioso de tales sueños, por los que fue condenada.
Se trata de un valiente e informado intento de reinterpretación de los sueños de esta «profeta divina», que rompe los moldes de una visión demasiado instrumental y política del caso, que no hacía de la religión sino una máscara para los intereses y ambiciones ocultos de los personajes implicados. La autora consigue recuperar la voz y la personalidad de Lucrecia del corpus de los sueños, lo que le lleva a examinar las posibilidades de actuación de las mujeres en la esfera pública de la cultura patriarcal y las estrategias con que Lucrecia trata de sobrepasar esos límites. Al mismo tiempo permite una toma de contacto amena con la realidad política y religiosa del reinado de Felipe II, reclamando su figura como una mujer que logró hacer públicas y defender personalmente sus opiniones críticas.