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Cód.: 519099
Supermotos
por: $ 30.000
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Súper motos
Bienvenidos al mundo de los vehículos que se alejan a toda velocidad y, sin embargo, son una tentación muy cercana. Lo más increíble acerca de las supermotos es que son accesibles. Por definición, las regulaciones de las competencias permiten conducir motos muy similares a aquellas que vemos pasar raudas en las pistas.
Las reglas del Campeonato Mundial de Supermotos exigen que los modelos que compiten sean semejantes a aquellos que se producen y se venden al público, solo con una puesta a punto y adaptaciones menores. Por tanto, los fabricantes deben producir un número definido de modelos destinados a la venta para que su supermoto pueda participar en las carreras. Por lo general, el perfil, la apariencia y el cuadro deben permanecer iguales, aunque las ruedas, los frenos, la suspensión y el brazo oscilante pueden tener modificaciones. Pese a estos detalles, la apariencia y la sensación de manejarlas son muy parecidas. Así, por ejemplo, igual que Max Biaggi, puedes manejar una Aprilia RSV4 1000, o el modelo Factory, la sucesora de la Aprilia RSV1000R, con los que se hizo campeón en 2010 y 2012.
No es que sean económicas, ni mucho menos, pero tener una de estas supermotos es una posibilidad muy real, por lo que en este caso «súper» no significa inalcanzable. Supermotos da una mirada nostálgica a la Norton Commando, a la Honda CB750 y a la Suzuki GT750, que encendieron las pistas a finales de la década de 1960 y comienzos de la década de 1970; a sus sucesoras de finales del siglo XX y a las últimas creaciones de los grandes fabricantes.
Bienvenidos al mundo de los vehículos que se alejan a toda velocidad y, sin embargo, son una tentación muy cercana. Lo más increíble acerca de las supermotos es que son accesibles. Por definición, las regulaciones de las competencias permiten conducir motos muy similares a aquellas que vemos pasar raudas en las pistas.
Las reglas del Campeonato Mundial de Supermotos exigen que los modelos que compiten sean semejantes a aquellos que se producen y se venden al público, solo con una puesta a punto y adaptaciones menores. Por tanto, los fabricantes deben producir un número definido de modelos destinados a la venta para que su supermoto pueda participar en las carreras. Por lo general, el perfil, la apariencia y el cuadro deben permanecer iguales, aunque las ruedas, los frenos, la suspensión y el brazo oscilante pueden tener modificaciones. Pese a estos detalles, la apariencia y la sensación de manejarlas son muy parecidas. Así, por ejemplo, igual que Max Biaggi, puedes manejar una Aprilia RSV4 1000, o el modelo Factory, la sucesora de la Aprilia RSV1000R, con los que se hizo campeón en 2010 y 2012.
No es que sean económicas, ni mucho menos, pero tener una de estas supermotos es una posibilidad muy real, por lo que en este caso «súper» no significa inalcanzable. Supermotos da una mirada nostálgica a la Norton Commando, a la Honda CB750 y a la Suzuki GT750, que encendieron las pistas a finales de la década de 1960 y comienzos de la década de 1970; a sus sucesoras de finales del siglo XX y a las últimas creaciones de los grandes fabricantes.
