Nacido en Venecia, Giovanni Battista Tiepolo se convirtió en uno de los artistas más importantes del siglo XVIII, encontrando grandes clientes no sólo en Italia, sino también en Wurzburgo.
Sus frescos en la Residencia de Wurzburgo, que integran la arquitectura de forma agradable y que no han perdido su brillo hasta hoy en día, son considerados como su obra principal.