«La noche cintiló de relámpagos, como fuegos pirotécnicos que se sucedían a los truenos que alertaron los corazones y anunciaron la llegada de las lluvias. Junto con las primeras gotas, irrumpió en el pueblo un destacamento de 184 hombres, de los cuales 118 vestían uniformes de policía; y los otros 66, por su parte, ropa de civil».