A veces nos recluimos en ella, a veces tendemos un puente para abrirla a los demás, pero todos somos, de una u otra forma, una fortaleza: atrevernos a adentrarnos en ella puede ser la mayor aventura de nuestra vida. La autora recorre la mente construyendo esa fortaleza metafórica y práctica, que es al tiempo un espacio real que visitar y conocer, y una virtud que puede ayudarnos a dar lo mejor de nosotros mismos. Habitación por habitación, recorremos nuestra personalidad, nuestros miedos, nuestro pasado y todos nuestros proyectos de futuro. En nuestra fortaleza pasamos cada hora de nuestra vida: conocerla es hacernos con las herramientas necesarias para vivir en calma y ser felices.