La teoría de las inteligencias múltiples supuso una revolución en nuestra compresión de la mente humana y transformó para siempre la educación. Esta influyente teoría, desarrollada por el prestigioso psicólogo Howard Gardner, desacreditaba la primacía del test de coeficiente intelectual y su libro, Inteligencias múltiples, se convirtió en un fenómeno editorial.
En Una mente sintética, el autor reflexiona sobre su propio desarrollo intelectual y sus revolucionarias aportaciones mediante un repaso de su evolución desde su época de niño enamorado de los libros a universitario ambicioso y estudiante de posgrado desilusionado, hasta convertirse en profesor de Harvard. Gardner habla de sus mentores (como Erik Erikson y Jerome Bruner) y de sus colaboradores (Mihály Csíkszentmihályi o William Damon, entre otros), e incluso el cómico Groucho Marx aparece en el libro. A lo largo de su carrera Gardner se ha interesado por la mente humana en general y por las mentes de creadores y líderes en concreto. Ahora, al reflexionar sobre su propia mente, concluye que posee una «mente sintética» que le ha conferido la habilidad de analizar experiencias y datos procedentes de un amplio abanico de disciplinas y perspectivas. Asimismo, plantea que esta mente sintética es especialmente valiosa en los tiempos que corren, y propone formas de cultivar una capacidad que, con mucha probabilidad, sea exclusivamente humana.