Luego de un viaje familiar en el que nos dimos cuenta de que la gente del lugar disfrutaba la vida, mi esposa comenzó a escribir algunas frases que también nos inspiraran a hacerlo. Luego de leerlas una y otra vez, me di cuenta de que la Biblia tiene mucho qué decir acerca de cada una de ellas.
Voy a disfrutar la vida, no me voy a amargar. Voy a cantar como si nadie me estuviese oyendo. Voy a bailar como si nadie me estuviese viendo. Voy a soñar como si todo fuese posible. Voy a dar como si tuviese en abundancia. No voy a tomar la vida tan en serio.
Voy a disfrutar mi trabajo y voy a disfrutar el descanso. Me voy a detener a oler las flores, a contemplar la creación, a disfrutar a las personas que amo, a tomar café y a saborear la comida.
Voy a servir de tal manera que el cielo se pare y aplauda porque... ¡Todo lo que hago, lo hago para Dios!
Voy a amar como si nunca me hubiesen herido. Voy a perdonar rápido. Voy a disfrutar a mi familia.
Decido ser feliz.
Disfrutar la vida es plan de Dios y es más práctico de lo que parece. Además, si Jesús murió para darnos vida, debemos disfrutarla porque hacerlo es amar a Dios.