"Escribir, me parece, que más que habilidad es una suerte. Y yo he tenido suerte. Y lo digo, porque al menos mi historia, y el hecho de poder hoy presentarles esta obra, no comienza por mí, sino por los queridos viejos. La infancia está poblada de la memoria, las dos imágenes que aún me acompañan: la mamá reclinada contra el respaldo de la cama, siempre siempre, con un libro en la mano. El viejo, allá en su taller de pintura, inclinado sobre un óleo, un carboncillo, una acuarela a medio terminar."